DEFINICIÓN
Cultura es la suma de valores, rituales, símbolos, creencias y procesos de pensamiento que son aprendidos y compartidos por un grupo de personas y, que se transmiten de generación en generación (Cateora, Gilly & Graham, 2010, p. 94). Emprendimiento es un conjunto de características de la personalidad que distingue a las personas o grupo de personas que inician un negocio cuando no es fácil hacerlo (RAE, 2014). La cultura emprendedora podría entonces definirse como, el comportamiento aprendido de los emprendedores exitosos, su tolerancia al riesgo y al fracaso y su compromiso con la ejecución de una idea de negocio para hacerla realidad.
El riesgo, toma en consideración, tanto a los emprendedores quienes crean empresa, como a los inversionistas quienes colocan el capital para el startup, término en inglés para definir las empresas que aprovechan los avances tecnológicos para proponer modelos de negocio innovadores y se encuentran en etapas incipientes de formación. La construcción de una cultura emprendedora incluye la formación de una cultura de inversión en paralelo a la cultura de creación de empresa, así como el estudio del estatus social del emprendedor y su rol dentro de la sociedad (Isenberg, 2011).
Todas las características que presenta un emprendedor, son factores que diferencian a las personas con iniciativas empresariales de otras que no las tienen (Quiroga, et al., 2014).
Ser o no ser emprendedor no es ni bueno ni malo, todo depende de la propia personalidad de cada uno.
Emprendedor
Un emprendedor nace cuando decide hacer realidad una idea de negocio. Emprendedor es un “adjetivo que califica a una persona que emprende con resolución acciones dificultosas o azarosas” (RAE, 2001). El emprendimiento es un conjunto de aptitudes y actitudes de una persona para crear y asumir nuevos retos con entusiasmo (Alonso, 1958). Podría decirse que un emprendedor tiene la capacidad para enfrentar riesgos, tolerar la incertidumbre y llevar acabo su proyecto a pesar de los obstáculos.
Tanto los emprendedores como los empresarios pueden considerarse pioneros. Se entiende como pionero a la persona que actúa por primera vez en una tendencia o profesión (RAE, 2001); en cambio, la figura del emprendedor puede ser entendida como aquella persona que identifica una oportunidad y organiza los recursos necesarios para poner en marcha una idea a partir de esa oportunidad.
Según la Ley 1014 del 2006 del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo colombiano, un emprendedor es “una persona con capacidad de innovar”. Se entiende por innovación a la capacidad de generar productos y servicios de una forma creativa, metódica, ética, responsable y efectiva” (Artículo 1, numeral b). Sobre la creatividad, Schumpeter (1912) expone el concepto del destructor creativo, como aquella persona con la capacidad de generar cambios estructurales en los mercados a partir de la innovación en distintos ámbitos de una organización.
Otros autores definen emprendedor como la persona que “descubre, evalúa y explota oportunidades rentables, tomando en cuenta el riesgo, está alerta a las oportunidades y siente necesidad por innovar” (Citado por Guzmán y Trujillo, 2008, p. 107; Roberts y Woods, 2005, p. 46); incluso como una persona con la capacidad de hacer un esfuerzo adicional por alcanzar una meta u objetivo para la creación de una nueva empresa o la ejecución de un proyecto.
Desde el punto de vista de la psicología, las características de un emprendedor son la necesidad al logro y a la afiliación a un grupo específico (McCelland, 1961), las aspiraciones de poder (Kilby, 1971) y la obtención de estatus y reconocimiento social (Hagen, 1962). Los emprendedores que crean empresas, tienen una tendencia a perfeccionar su invención, producto o servicio a sus propias expectativas, corriendo el riesgo de quedarse sin tiempo y dinero antes de llegar al mercado con éxito (Citado por Scillitoe & Chakrabarti, 2010, pg. 157; Rice & Matthews, 1995).
Por esta razón, el emprendedor debe tener conocimiento del tipo de negocio que quiere emprender, así como la experiencia técnica o por lo menos, saber donde conseguir esta experiencia, para de esta manera, acelerar el proceso de puesta en marcha de la idea (Rodríguez & Moreno, 2009). En este sentido, otra característica de los emprendedores es la alertness, término en inglés que hace referencia a la constante búsqueda de oportunidades distinguiendo entre riesgo económico e incertidumbre; estas oportunidades son posibilidades del mercado por explorar y explotar.
Entre emprendedores y empresarios se encuentra una amplia gama de tipos de emprendedores. Por un lado, un emprendedor nato se diferencia de un empresario emprendedor en que el primero, no continua después de la creación y puesta en marcha de la empresa, sino que está en constante búsqueda de nuevas ideas para hacer realidad, puede llegar incluso a abandonar su negocio después de un tiempo para dedicarse a una nueva idea. Por el contrario, un empresario emprendedor, es una persona que tiene las habilidades para agregar valor a un producto o proceso ya existente, así como tener una idea de negocio nueva y llevarla a la práctica, aunque no con la misma frecuencia de un emprendedor nato, pues sus actividades se enfocan en potenciar los procesos actuales para alcanzar mayor rentabilidad.
Teniendo en cuenta el concepto de empresa y lo que representa, algunos empresarios reconocidos consideran que tanto emprendedores como empresarios deben ser capaces de manejar sus recursos escasos y gestionar un equipo de personas para el correcto funcionamiento de su negocio.
Según Vesga & Quiroga (2013) existen dos tipos de motivaciones que llevan a una persona a ser emprendedora: 1) la oportunidad y 2) la necesidad (p.13). Cada una se presenta en diferentes situaciones incluso de forma combinada; por ejemplo: un joven recién graduado, no ha logrado conseguir un empleo por lo que decide crear una empresa similar a la que tiene un familiar, quien también le ayuda en el proceso de creación de la empresa.
Los autores complementan estos perfiles especificando que el emprendimiento por necesidad se caracteriza por generar bajos niveles de ingreso porque los proyectos se dirigen a cubrir los ingresos diarios de subsistencia; además, éstas iniciativas no ofrecen valor agregado ya que por lo general, son emprendimientos sin planificación, es decir que no tienen una visión de crecimiento a futuro, ni perspectivas de internacionalización (pp. 47-50).
El emprendimiento por oportunidad, es un proceso por el que se crean y se ponen en operación nuevas empresas, a partir del reconocimiento de oportunidades o vacíos en el mercado actual (pp. 51-54). Si a un emprendedor lo motiva la oportunidad, los tipos de proyectos de emprendimiento que se generan, son clasificados en cuatro grupos, cuyas características se resumen en la tabla 2 (p. 17):
- Emprendimiento tradicional
- Emprendimiento con un alto potencial de crecimiento
- Emprendimiento dinámico
- Emprendimiento de alto impacto
Finalmente, un emprendedor no solamente diseña un modelo de negocio sostenible en el tiempo, sino que además soluciona sus problemas estratégicos, operativos y motivacionales propios del proyecto, para que su idea de negocio sea una realidad empresarial innovadora, de alto impacto y con base en la responsabilidad social.
Para citar este artículo dentro del texto: Domínguez Sandoval (2017, febrero)
Para referenciar correctamente: Domínguez Sandoval, Stella Isabel. (2017, febrero) Introducción al emprendimiento y la cultura emprendedora (blog) En: https://wp.me/s9XPYI-ce
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